jueves, 4 de diciembre de 2008

La plazilla

un dia nublado, hermenticamente cerrado pero no claustrofobico ni sofocado, incluso frio, las hojas, como es tipico de esta epoca del año, le hacian compañia al viento
una plaza liberada de la logica capitalista con la cual fluye el tiempo
delante se erguían dos tristes edificios de concreto, uno adornado con reflejante vidro-espejo vestia un color rojo de su lado izquierdo (o derecho como le quieras ver) el otro, menos deprimido, pues no alberga gente de mala reputacion, se trataba de levantar a duras penas sobre las pobladas calles
cerca de la fuente habia unas treinta palomas griseaseas, algunas negras, que revoloteaban, comian y eran espantadas por un escuadron de muchachos cursantes de bachilleres que al parecer hoy terminaban clases
frente a la catedral habia parejas paradas, parejas sentadas, hombres solitarios, mujeres solitarias y familias acompañadamente solitarias
a mi lado estaba mi destruido morral, a mi otro lado estaba un señor que al parecer estaba malhumorado porque lo salude y no me retribuyo las "buenas tardes" al rato llego un camarada que oia musica, pero no se sento en la banca
hay que recalcar el frio, el frio azul y gris de quietud temporal, del tumulto en el silencio, de la ausencia en al compañia, de la flor que nace en chernobyll, del niño que juega poker en una casino de las vegas
en el respectivo kiosko de la respectiva plaza se encontraban unas guapas y burguesas chicas que ponen musica guapa y burguesa, algo molesta sinceramente
que no se les olvide que habia palomas comiendo y cagando
que no se les olvide tampoco que hacia viento y que era otoño
no pensaba en nadie y fumaba, esta vez me lo permitiste gracias a dios
era un libro de jose emilio pacheco el suertudo poseedor de mis miradas y pensamientos
a la derecha y a lo lejos habia una pareja de proletarios que se besaban muy apasionadamente, incluso la femina estaba sobre el macho, como si nadie los estuviera viendo, asi duraron un buen rato, como media hora, hasta que la policia llego a separarlos... indignados ellos se fueron a continuar su acto amoroso a otro lugar
la catedral estaba ahi, si no conoces chihuahua no podras tener la imagen completa, al lado izquierdo, ominosa, acogedora, cafe, llena de palomas (que no se nos olvide) y de popo de palomas... ah! y de gente tambien
habia unos puestos de hippies que alguna vez llegue a conocer pero que ya no saludaba, me da flojera sinceramente, si ellos no me saludan: ni modo. Vendian morrales, camisas, banditas, pulseras, collares y todo tipo de accesorio que debe de poseer aquel que se considere hippie
estaban a mitad (casi) de la plaza
no le quise preguntar la hora a mis acompañantes temporales por miedo a que se enojaran, no se veian muy contentos, asi que me fui a caminar por ahi... al primer señor que vi con reloj le pregunte sin cortesia que que hora era, el me contesto que eran las 4:20, asi que segui caminando por ahi...

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