Se sentaron en la mesa de un bar, en una ciudad hasta ahora desconocida para ellos. las hormonas y las inherentes ganas de romper las reglas los impulsaban a no buscar los sitios fresones de aquel pueblote mal llamado ciudad en el centro de México. la iluminacion era completa y el ambiente era sofocado por una extraña combinacion e ruidos, olores y calores humanos, incluso a veces, infrahumanos.
Pidieron unas cuantas bebidas, no traian demasiado efectivo, sin embargo no podian irse sin al menos disfrutar de unas bien frias. el lugar estaba mal decorado con cuadros de grupos y bandas rancheras, de todo tipo de animales norteños (los tigres, los tucanes, etc. etc.).
A su lado estaba un television con el partido en repeticion de la seleccion nacional, al igual que en la mesa contigua se hallaba un asombrerado que en la calle hubiera intimidado a cualquiera.
Los cuatro, volteaban recurrente y nerviosamente al aparato televisivo en busca de distraccion, sin embargo el caballero traido de epocas revolucionarias, tenia la falsa impresion de que lo veian a el.
Se levanto, y ellos se quedaron un rato mas.
A eso de las dos de la mañana decidieron salir, y dada su mala suerte que no volvieron a su destino, pues el señor disfrazado de traficante de drogas, habia creido que estos eran unos delatores, por su finta fresa y su modo de verlo.
domingo, 22 de marzo de 2009
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