Recuerdo que solia buscar arañas. preferiblemente grandes, venenosa, imponentes, para muchos estas eran grotescas, para mi no. buscaba arañas en todos lados, en lugares en los que ahora no hay mas que tierra y piedras. con botes de algun producto imperialista las atrapaba y de vez en cuando las soltaba, nunca las podia conservar, no porque no quisiera, sino porque no me lo permitian. una vez atrape una araña excepcionalmente grande y la ofreci de premio en un torneo de cartas de yu-gi-oh, yo gane y la tuve que soltar en "mi parque".
Antes tambien jugaba junto con mis amigos a pelear a los chapulines. efectos macabros del colonialismo espiritual, pues por algunos momentos ociosos, nos convertiamos en el Cesar, o en el Zar, o en el Fuhrer, en el mejor de los casos en el tio Sam. era un espectaculo tal vez conmovedor, si nos vamos a sentimentalismo analogicos insectuales.
domingo, 22 de marzo de 2009
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