martes, 6 de enero de 2009

lo primero que escribo en el año

estaba sentada en un extremo de la plaza donde se encontraba una banca equina color verde aceituna que ya habia tenido que soportar inumerables lluvias e innumerables gluteos, piernas, cabezas, cenizas y hojas. estaba ahi quieta como esperando a la muerte. estaba ahi, hermosa, invitando al viento a cantar, insitando a la luz a suspirar, arrancando brillos de la tierra, despojando al cielo de su azul.

ella, la sin nombre, era como todas, tal vez alta, tal vez chaparra, tal vez flaca... y tal vez gorda. era reemplazable, comun, cotidiana, estelar, cosimica. era simplemente insumisa.

estaba sentada, pero se levanto.

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